NOVEDAD: "El faro que no miraba al mar" de Natalia Menéndez
NOTA DE PRENSA (PABLO FRAILE DORADO)
Elnora guarda un secreto
El nuevo libro de Natalia Menéndez, una novela juvenil ambientada en un pueblo de fantasía, narra la historia de un grupo de niños envueltos en un misterio inasible
La novela juvenil El faro que no miraba al mar, escrita por la poeta avilesina Natalia Menéndez, que también firma la ilustración de portada, narra la historia de un grupo de niños y niñas envueltos en un misterio que solo podrán resolver sin la ayuda de sus mayores. Elnora, un pueblo de fantasía que parece ajeno al tiempo, guarda un secreto alrededor de un peligroso agujero abierto en plena tierra.
Elnora está lejos del mar y se encuentra rodeado de montañas, pero aun así tiene un faro, un faro de tierra erigido para guiar de vuelta a quienes se han marchado. A veces, sus luces multicolor atraen un circo ambulante, o a viajeros extraviados, pero en otras ocasiones no captan nada bueno, por eso la gente de Elnora se ha preparado para cualquier eventualidad con tal de defender su pueblo.
«Siempre me habían atraído mucho los faros como lugares de misterio, de aventura, siempre envueltos en cierto halo romántico, y me apetecía que en alguna ocasión fueran protagonistas de alguna de mis historias », explica la autora. «El libro en sí surgió de la complicidad. Hacía años quería escribir un texto para mi hija, con la que había establecido un fuerte vínculo de lectura compartida cada noche desde que era muy pequeña. Durante muchos años me planteé escribir algo para ella, pero esa historia nunca llegaba. Hace varios veranos, cuando ella tenía diez años, surgió la idea de empezar una historia que nos uniese aún más en ese contexto de lectura conjunta. Ella fue mi primera lectora. Comencé escribiendo los primeros capítulos y ofreciéndoselos a ella para que los leyese, y así surgió esta historia, que fue creciendo hasta convertirse en novela».
Una novela donde la ambientación es esencial y el espacio se convierte en un personaje más. «Mi idea inicial», continúa Natalia, «era crear un lugar ficticio donde conviviese la fantasía, el misterio, la aventura, la leyenda, con personajes singulares y que también tuviera algún tipo de secreto que lo hiciera especial. El espacio como protagonista. Dentro de ese espacio fueron surgiendo lo sensorial, la importancia de la memoria y otros ingredientes que están presentes en la historia. Siempre me ha atraído el misterio, lo onírico, lo legendario, lo gótico, y esta novela contiene en pequeñas dosis todo aquello que configura mi universo particular. Al mismo tiempo me resulta muy complicado desvincular mi narrativa de la poesía y sus mecanismos. Al final, la poesía siempre lo impregna todo».
Somos porque recordamos
En Elnora hay varias tiendas extraordinarias, tiendas de sonidos, de perfumes, de tejidos y de dulces. Cada una estimula un sentido, evoca un recuerdo, porque en el pueblo nadie se fía de lo que ven sus ojos —«La vista a veces engaña»— y porque sus habitantes no pueden permitirse olvidar.
¿Cree la autora que escribir supone, también, una batalla contra el olvido y el tiempo? «Así es», responde, «una de las formas de permanecer es a través de la escritura. Para mí, que vengo de la poesía, era importante volver a algunos conceptos habituales en mis poemas (y en la poesía en general), como el paso del tiempo o la importancia de la memoria. Somos porque recordamos. Cuando perdemos la memoria, perdemos también nuestra identidad. La escritura es una formar de perdurar y, al mismo tiempo, de definirnos».
Y ¿qué libros infantiles y juveniles forman parte de su vida? «Como lectora de literatura infantil en los años ochenta, soy heredera de los mitos clásicos, de las novelas de aventuras de Julio Verne, de la fantasía de Michael Ende y las novelas de Mark Twain, por citar algunos clásicos que son verdaderos referentes para mí».
Una querencia por mitos y novelas que, en esta obra, se deja ver en las huellas de una niña ciervo, en la carga poética de los espacios y personajes, en la vivacidad de un grupo de protagonistas que da color a cada uno de los párrafos. Todo, unido al estilo y la imaginación de una escritora que vive entre letras.
«Como profesora de Literatura», añade Natalia, «tengo acceso a muchas lecturas juveniles, y en ese contexto me atraen las distopías de ciencia ficción, que invitan a reflexionar sobre nuestra sociedad presente y futura. En otra línea más poética, me gustaría destacar a autores como Mónica Rodríguez y Gonzalo Moure. Como madre de una gran lectora, he tenido como referente en nuestra biblioteca los mundos fantásticos de Laura Gallego».
Natalia no tiene planes, al menos a corto plazo, de seguir escribiendo literatura juvenil, aunque tampoco lo descarta. «Esta novela surgió, como decía, en un contexto personal. Ya veremos hacia dónde me lleva este nuevo camino literario», explica. De momento, su novela viene a engrosar la nueva línea juvenil de Pintar-Pintar, que, según apunta, es la «editorial de referencia» en la LIJ asturiana. «Además, me ha permitido elaborar la portada, convirtiendo el proyecto, si cabe, en algo más personal todavía. No puedo estar más agradecida», concluye.
Información sobre la autora
Natalia Menéndez (Avilés, 1973) es profesora de Lengua y Literatura en un instituto de enseñanza secundaria, actividad que compagina con la escritura, el dibujo y los viajes. Ha visitado más de veinte países, ha publicado seis libros de poesía, una veintena de relatos en libros colectivos y más de cien artículos en prensa. Le encanta coleccionar palabras y combinarlas para dar forma a todos sus sueños. Otros libros publicados: Calibán (2020), Invadir Babel (2017), Ciencias Inexactas (2014), El síndrome Kalashnikov (2012), Restos de un naufragio (2008) La nostalgia del caníbal (2007) y Las virtudes cardinales (2007).
Resumen:
Si nunca has visto un faro de tierra posiblemente te asombre su existencia, pero en Elnora no hay mar, pues el pueblo está situado en un valle rodeado de las escarpadas Montañas de Pedernal. El faro de tierra, con sus luces multicolor, anuncia la llegada de forasteros. Sin embargo, el día en que Elnora recibió al Circo de los Animales Curiosos, nadie se percató de la llegada de una oscura presencia, y nadie se imaginó lo que iba a suceder: un pueblo dormido, una niña de leyenda que se oculta en el bosque. ¿Qué aguarda al otro lado del Agujero? Elnora alberga un secreto y ahora sus habitantes se encuentran en peligro. Solo Ena, Travis, Savannah y el resto del grupo pueden batallar contra el tiempo y salvarlos del olvido.
*Con certificación FSC / Impreso en Asturias en papel procedente de bosques que cumplen principios de gestión económica, social y ambiental sostenibles.
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