Palabras del escritor Francisco Álvarez Velasco para "Bolso de niebla" de María Rosa Serdio y Julio Antonio Blasco
----------------------------- María Rosa Serdio Bolso de niebla, Pintar-Pintar, 2015-11-22 ---------------------------- Francisco Álvarez Velasco Aunque nunca me he atrevido a explorarlos, siempre me han despertado curiosidad los bolsos de mujer. Y más los bolsos de las mujeres poetas, porque sospecho que están llenos de misterio. Hoy, sin embargo, María Rosa Serdio nos viene con su Bolso de niebla, que nos ofrece para que lo abramos y hurguemos en su interior. Demuestra, así, que está marcada con uno de los rasgos esenciales de los buenos poetas, salvo los herméticos: el necesario exhibicionismo, impudicia o expresividad en la comunicación de los sentimientos. ¿Por qué “niebla”? Mario Benedetti en el poema “Hombre que mira a través de la niebla” define a esta con notas negativas, como "telón de incertidumbre” o “espesura de aire maldito”. No es así la niebla de este libro. Está más cerca de la becqueriana –“Cendal flotante de leve bruma”- o de esa que, en uno de losVeinte poemas de amor de Neruda, se desciñe en danzantes figuras: una gaviota de plata que se descuelga del ocaso, o una vela; sobre todo, altas, altas estrellas. De estrellas habla nuestra poeta en versos que podrían entenderse como la sinopsis de su poética: “Solo precisas, es cierto, / si quieres ser un poeta, / el ojo limpio en la estrella, / los pies puestos en el suelo / y el corazón en la huella”. El libro de Rosa, ante todo, es una buena muestra de interiores abiertos en donde ofrece albergue a sus lectores. Lo dice en el primer verso: “Este libro es una puerta / para que alguien la abra”. Y en otro poema, “Son cosas que uno sueña / cuando deja entreabierta / la puerta y entra, de puntillas, / la poesía”. Interior abierto para poder llegar al corazón de la poeta…. Pero también porque su corazón, que no se encierra precisamente en torre de marfil, está abierto al mundo…. Hay aquí abundante naturaleza, paisaje, con su fauna y su flora. Este es el inventario de su mundo botánico: Amapolas, margarita, almendra, menta, hiedra, mimbre, manzanas, azafrán, cilantro, col, hiedra nueva, manzana, albahaca, margaritas, rododendro, cerezo, diente de león, flor de lino azul… Y hay un bestiario igualmente rico y variado: grillos, mariposa, colibrí, gacela, ratón, dos mariposas, tres ranas, pájaros, garza, un perro, búhos, aves, golondrina, la mariposa, pájaros, ánades, cernícalo, libélulas vidriera, cigüeña… Y una naturaleza atravesada por el tiempo. Los que sigan a Rosa en FacebooK, donde es muy activa, percibirán hasta qué punto es testigo de los cambios de estaciones. Así puede explicarse por su escritura de haikús, dignos de estar en las antologías más exigentes del género. Aunque no haya haikús en el Bolso de niebla, el lector comprobará que en todo el libro late la poética de este género; a saber, el embeleso y la emoción ante la belleza del mundo que llega a nuestros ojos. “Lo que ocurre en este instante” es una definición de Basho para el haikú y Rosa es experta en capturar momentos de belleza para retenerlos en el discurso poético. Fluir circular del tiempo medido en estaciones. A la primavera dedica uno de los poemas que prefiero (“Es la primavera”); el verano se evoca en algún poema con escenas de playa…… El otoño, en el poema “Las caras de otoño”; parece que es la estación preferida para nuestra poeta: “en tardes de otoño, /cuando el sol se pone / escribe sus versos / sus versos mejores”. El invierno, con la luna llena del mes de enero, esa luna que “rueda platas / sobre el mar y el tiempo”. ES LA PRIMAVERA Rosa nos enseña el mundo y su belleza sirviéndose de la vista, el gusto, el oído, el olfato, el tacto: los cinco sentidos corporales se unen en la percepción de la realidad sensible. Por ello, no falta aquí la presencia del recurso literario que los retóricos llaman sinestesia. Así, encontramos: unas manos que huelen a dulce magia, el sonido de las amapolas, montañas teñidas de sueños de oro y deseos, el oro del viento, poemas de palabras suaves y con sabor a dulce, un viento azul y verde… Y termino pidiendo disculpas por si he apuntado alguna interpretación que pueda limitar las legítimas libertades del lector de un libro que me fascina por el continente: con las ilustraciones de Julio Antonio Blasco que con tanto acierto y belleza acompañan el texto y con el diseño impecable de Esther Sánchez; un libro fascinante por el contenido, desde el primer poema hasta el último, con esos dos versos que dan la razón de ser de la poesía -y la vida es menos dura y las gentes más sabias-; por la forma poética, los hallazgos creativos sorprendentes; por el oficio en el manejo del ritmo y la música del fluir del discurso. Termino con ese mínimo poema de JRJ de diez palabras con que se daba consejos a sí mismo como creador, pero que bien puede servir para críticos, reseñadores o presentadores: ¡No le toques ya más, / que así es la rosa! En “La buena Letra” Gijón, 21 de noviembre de 2015 |
Bolso de niebla
Mª Rosa Serdio / Julio Antonio Blasco
ISBN: 978-84-92964-60-4
PVP: 18,50 €
72 páginas
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