La escritora Virginia Read, sobre el poemario ilustrado "Bolso de niebla"
En el acto intervinieron (de derecha a izquierda en la foto), Inés Gª Vega, Concejal de Educación y Cultura del Ilmo. Ayuntamiento de Laviana, que presentó el acto. A continuación, la escritora Virginia Read Escobal, Premio Nacional de LIJ de Rep. Dominicana, que presentó el libro y su autora, Maria Rosa Serdio Gonzalez, en el Salón de Actos. Fotografía gentileza de Carlos Cuesta, periodista de La Nueva España.
Recogemos aquí las palabras de la escritora Premio Nacional de LIJ de República Dominicana, Virginia Read Escobal, para Bolso de niebla:
Virginia Read Escobal - Presentación para Bolso de Niebla
La experiencia de leer el libro de poesía ilustrado Bolso de Niebla es única, pues produce el efecto de entrelazar las palabras de María Rosa y las ilustraciones de Julio para conectarlas en tus propios recuerdos de infancia. Sí es cierto, gracias a este libro nos deslizamos con los ojos bien abiertos hacia una infancia donde cualquier atisbo de dureza se tamiza con una fina niebla de imaginación. Allí, en aquel mágico lugar no existe el calor, el frío, ni las paredes desconchabadas o los abrigos viejos. Siempre y cuando te permitas la licencia de dejar escapar la mente por la ventana y buscar por tu mundo, por tu barrio, por el parque de tierra pisada la magia de la naturaleza que te rodea o la de los objetos cotidianos.
Hoy es un día de presentación especial porque estamos en Pola de Laviana, en casa, en la primera aula y Rosa te regala una hermosa experiencia desde el mismo momento en que abres el libro Bolso de Niebla y lees la primera dedicatoria. Nos invita porque es generosa con sus palabras, y eso lo sabemos todos. A veces, si tienes suerte, hasta caen tres dedicatorias; la general, la personal y la extra. Ella es así de espléndida, porque también desde su mundo virtual y virtuoso todos los días nos regala, o sea de gratis, una imagen con un poema.
Leerla en el desayuno, la merienda o la cena es un lujo de valor intangible al alcance de cualquiera, ¿porque a quién en esta sala no ha alimentado Rosa la vida a golpe de palabras? Y de hechos, sin casualidades. Porque sí, porque ella quiere.
Con su Bolso de Niebla nos formula una invitación personal, a cada uno de nosotros en especial para que entremos en su mundo y también nos convirtamos en poetas, dice que es sencillo. Además nos hace, a cada uno de nosotros un poema a medida para la ocasión. ¿Han encontrado el suyo? ¡Pues pidan la dedicatoria extra!
Pero voy a desmontar a Rosa, tiene truco. Juega con ventaja, tiene unas gafas especiales, con las que adquiere la facultad de ver las cosas con ojos de niña chica, a vuelo de garza. Con ellas puestas y la inestimable ayuda de su amigo el viento, de unas pocas gotas de rocío perfumado con esencia de gominolas y el rápido aleteo del colibrí que va pintando puentes de arcoíris para unir ambos lados del charco, convierte las tareas engorrosas de adultos en poesía para el alma de los niños. Así de su pluma escribe para los niños que aparentemente lo tienen todo, los que más o menos tienen y los que tienen poco o directamente nada. Y todos se identifican cuando descubren la magia en las hojas otoñales por barrer convertidas bajo su prisma en senderos de tul, las listas de la compra se transforman en ingredientes mágicos, una hiedra indómita que se mete entre las tejas no necesita poda, pues enmarca artísticamente una puerta y la camufla. Hasta la ropa tendida acaba jugando con la meteorología caprichosa.
No hay melancolía, distancias imposibles, o ausencias permanentes que no sepa vestir con el tenue papel celofán de sus versos. Porque las durezas siguen ahí, eso sí, discretamente veladas. Algunas te las entrega envueltas con forma de caramelos, o contempladas desde las frágiles alas de mariposas con las que te invita a volar por entre las zarzas y las rosas.
Guarda bien esas gafas Rosa, que tienes mucho trabajo por delante. Encuéntranos siempre lo salvable, un obsequio de amor puro en forma de piruleta, lo hermosamente imperfecto, y como Hada Diplomada sigue conjurando con palabras y varitas de avellano, los trocitos de tizas para pintar escuelitas de colores, las telas de araña para cargarlas de estrellas, las portillas desportilladas para que den a jardines encantados. Sigue coleccionando papeles y cuadernos decorados en Paris, llénalos con hileras de tus letras y aprieta bien fuerte.
En esta incertidumbre del invierno que acaba o no acaba de llegar, déjanos revolver en tu inmenso Bolso para buscar mapas que nos conduzcan a la inspiración, a recuerdos hermosos de breves paseos en cada una de las cuatro estaciones, como deben ser. Seguro que encontraremos todos los tesoros que vas guardando, siempre a contrarreloj, por el recreo de la vida; caracoles en la playa, la flor diminuta en la grieta de la acera, hojas otoñales del liquidámbar, el olor irrepetible de tu aula, y testimonios de infancias revividas a través del cristal con que tú miras.
> Bolso de niebla
ISBN: 978-84-92964-60-4
PVP: 18,50 €
72 páginas
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