NOVEDAD: ¡Pío! ¡Pío! ¡Que yo no he sido!

NUEVO ÁLBUM INFANTIL ILUSTRADO: "¡Pío! ¡Pío! ¡Que yo no he sido!" de María del Mar López Delgado con ilustraciones de Francesca Assirelli

Esta es la historia de un niño. Un niño rubio y guapo. Un niño rubio y guapo que tiene seis años y le gusta dibujar y jugar al fútbol. Merienda bocadillos de jamón y le encantan los pasteles de merengue. Y así podríamos seguir diciendo cosas de él... TODO, menos decir SU NOMBRE...

Textos: María del Mar López Delgado
Ilustraciones: Francesca Assirelli
Formato: 21x26
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978-84-92964-67-3
Paginas: 32
Idioma: Castellano
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SOBRE LAS AUTORAS

María del Mar López Delgado

María del Mar López Delgado nació en Sevilla el mismo día que Pío, ¡qué casualidad!, pero del año 1964. Descubrió el sonido del mar y le gustó tanto que se fue a vivir a Huelva. Desde entonces le gusta tanto leer como escribir. Hace más de veinte años comenzó a contarles un cuento cada día a sus alumnos. Se encuentó y juntó muchos, muchísimos cuentos y para que no se acabaran empezó a escribir muchos, muchísimos más. Algunos como La Princesa que se quedó tiesa y ¡Ópera!, pero ¿qué ópera es esta? ya se pueden leer. Pero reconoce que Pío es el hombre de su vida; este rubiales le ha robado el corazón. Y cuando se le pregunta ¿Quién lo ha escrito?, contesta orgullosa: ¡Pío! ¡Pío! ¡Que yo he sido!

Estudió Filosofía y Derecho en la U.N.E.D. Y como se prometió estudiar toda la vida… ahora estudia el Grado de Ciencia Política y de la Administración en la citada universidad.

Francesca Assirelli

Érase una vez una chica rubia que siempre tenía sueño… pero no era la Bella Durmiente. Le gustaban mucho las manzanas... pero no se llamaba Blancanieves. Todas, pero todas las tardes, tomaba té, tazas y tacitas de té, mientras escuchaba música… ¡pero tampoco era el Sombrerero Loco!

Érase una vez Francesca, una ilustradora un poco torpe. Le encantan los niños, los besos, los abrazos y los dulces. Y adora diseñar. Francesca comenzó a dibujar cuando era muy pequeña para luego seguir dibujando en la escuela. Hasta que un día decidió que el dibujo tenía que ser su trabajo diario. Si por casualidad pasas por delante de su estudio y escuchas reír a carcajadas… no hagas caso… es Francesca que, entre un té y otro, ¡se lo está pasando muy bien dibujando las caras divertidas de sus personajes!

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